Y, ¿por qué no? debe ser la pregunta que
se plantean muchas mujeres en el momento de pensar en una operación o cirugía
estética. "Soy moderna, soy libre y soy dueña de mi cuerpo" y tienen
el dinero, otra cuestión importante para seguir adelante.
En muchos países,
se pensó en su momento que ir operada era signo de estatus social, luego
vinieron todas las mujeres que se operaron mal (low cost) y la siguiente vuelta
de tuerca en esas sociedades, fue estar operada en signo de estatus, pero es
importante que no se note la operación. Y el paso siguiente en esas sociedades
fue: "¡fulanita no esta operada es una intelectual!".
Tener todos esos
aspectos cubiertos lleva a muchas mujeres a decir: "SI, lo voy a
hacer".
Y yo me pregunto,
¿cuánta libertad tienes, si necesitas ser otra para que te quieran?, si
necesitas ser aceptada entonces no eres libre, si tu cabeza se está preparando
para pasar uno o dos meses de dolorosa recuperación, bajo la excusa "es
que merece la pena". Entonces no eres libre, estás bajo el yugo de la
sociedad, de tu pareja, de tu grupo de amigas o incluso de tu familia.
"Es que me
voy a sentir bien conmigo misma" es otro de los razonamientos que impulsa
a muchas a tomar la decisión.
¿Cuándo te vas a
sentir mejor? estoy segura que en el postoperatorio no. Y otra cifra que
muchas y muchos ignoran a la hora de poner en la balanza los pros y los
contras, es que más del 80% de las personas que pasan por el quirófano,
no quedan a gusto con el resultado.
Hay que tener en
cuenta que nuestro cuerpo no es de plastilina, no se corta y se pega como con
el Photoshop, ¡No boluda! como te dirían en Argentina, Puede suceder que allí
donde corten luego no pegue, o pegue mal y quedes como una de las extras
de walking dead.
¿Te has planteado llevar para siempre una cicatriz? en el caso de la abdominoplastia por ejemplo es impepinable.
Interesante, Sobretodo cuando existimos mujeres que tenemos que ponernos tetas por obligación y no por lujo.
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