domingo, 23 de septiembre de 2012

Todo el mundo lo hace, entonces es normal.

Y, ¿por qué no? debe ser la pregunta que se plantean muchas mujeres en el momento de pensar en una operación o cirugía estética. "Soy moderna, soy libre y soy dueña de mi cuerpo" y tienen el dinero, otra cuestión importante para seguir adelante.

En muchos países, se pensó en su momento que ir operada era signo de estatus social, luego vinieron todas las mujeres que se operaron mal (low cost) y la siguiente vuelta de tuerca en esas sociedades, fue estar operada en signo de estatus, pero es importante que no se note la operación. Y el paso siguiente en esas sociedades fue: "¡fulanita no esta operada es una intelectual!".

Tener todos esos aspectos cubiertos lleva a muchas mujeres a decir: "SI, lo voy a hacer".
Y yo me pregunto, ¿cuánta libertad tienes, si necesitas ser otra para que te quieran?, si necesitas ser aceptada entonces no eres libre, si tu cabeza se está preparando para pasar uno o dos meses de dolorosa recuperación, bajo la excusa "es que merece la pena". Entonces no eres libre, estás bajo el yugo de la sociedad, de tu pareja, de tu grupo de amigas o incluso de tu familia.

"Es que me voy a sentir bien conmigo misma" es otro de los razonamientos que impulsa a muchas a tomar la decisión.
¿Cuándo te vas a sentir mejor? estoy segura que en el postoperatorio no. Y otra cifra  que muchas y muchos ignoran a la hora de poner en la balanza los pros y los contras, es que más del 80% de  las personas que pasan por el quirófano, no quedan a gusto con el resultado.
Hay que tener en cuenta que nuestro cuerpo no es de plastilina, no se corta y se pega como con el Photoshop, ¡No boluda! como te dirían en Argentina, Puede suceder que allí donde corten luego no pegue, o pegue mal y quedes como una de las extras de walking dead.
¿Te has planteado llevar para siempre una cicatriz? en el caso de la abdominoplastia por ejemplo es impepinable.



1 comentario:

  1. Interesante, Sobretodo cuando existimos mujeres que tenemos que ponernos tetas por obligación y no por lujo.

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